lunes, 1 de noviembre de 2021

1 de Noviembre


 Hoy celebro la Fiesta de Todos los Santos y el Día de recordar a nuestros seres queridos, con un homenaje lleno de color, en una mañana ventosa con la niebla en las cumbres.



Desde el Cementerio de La Granja, en la falda de la Atalaya, se disfruta del otoño que colorea el paisaje de ocres y amarillos en contraste con los fríos azules y morados de las montañas. Los pinos silvestres, mojados por la lluvia, azulean tras los bosques de robles que inician la subida a las montañas. 



Y yo pinto, bajo la mirada de mis Queridos, que me acompañan y me cuidan, siempre. 






lunes, 19 de abril de 2021

Amazonas y caballos

 Hace poco que he retomado el placer de dibujar caballos, tomando apuntes del natural sentada junto a la pista donde veo cómo evolucionan al trote o al galope, siguiendo las indicaciones de las jóvenes amazonas con las que coincido.


Después de mirar un largo rato, observar los movimientos, los cambios de mano, los giros y los saltos, el paso lento al salir o entrar de las cuadras, saco el estuche de las pinturas y elijo: tinta y pincel, acuarelas o lápices según el día. O según el momento: puedo alternar el pincel con los lápices o mezclar la tinta con las acuarelas.




Admiro cómo bailan las amazonas con sus caballos. Sencillamente, los quieren, danzan con ellos al paso, trotando o lanzándose a galopar. Pacientemente repiten saltos y zancadas, y yo dibujo rápidamente intentando captar sus movimientos.

Las mil patas de los caballos...

A veces chispea y antes de que empiece a llover, es mejor guardar el cuaderno y terminar la jornada dentro, acariciando, cepillando o dando zanahorias al modelo del día: justo premio a su trabajo! 





Y al final del día, todos los dibujos están llenos de la experiencia de ver, tocar y sentir cada momento que paso dibujando y pintando a los caballos y sus amazonas.





martes, 2 de marzo de 2021

Rincones para dibujar

Hoy completo nuevos capítulos en el cuaderno; forman parte del mismo proyecto, ese en el que me acerco a casa después de tantos meses alejada de pasear por sus caminos.


Dibujar, en este caso, se convierte en un acto de rebeldía, en un posicionamiento de aceptación y actuación ante una realidad que me aleja de casa, de los rincones habitados, paseados, ocupados por unos instantes de plenitud artística, armada de pinceles, lápices y algún rotulador. 


 Y así me confirmo como habitante de los lugares que me vieron crecer, jugar, pasear, esconderme o simplemente estar. Y aunque a veces yo no los viera, el tiempo me enseña a apreciar cada rincón como un tesoro por descubrir. Y de paso anotar en el cuaderno, a modo de planos del tesoro atesorados entre sus tapas de cartón pintadas. 


Y digo armada, porque presento batalla...